La lectura es una actividad que no solo desarrolla la capacidad de mantener la atención y la concentración, sino que también fomenta la habilidad de escuchar y comprender. A medida que los niños se sumergen en la lectura, mejoran su capacidad para pensar con claridad, estimulan la memoria y amplían su vocabulario, construyendo frases más complejas. Además, la lectura es una herramienta poderosa para el desarrollo de la imaginación y la capacidad de abstracción.
Los beneficios de adquirir el hábito de la lectura son indudables. No solo contribuye al desarrollo de diversas capacidades cognitivas, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo emocional de los niños. A través de la lectura, los niños experimentan una amplia gama de emociones, participando en un proceso interactivo donde conectan sus conocimientos previos con el texto para crear nuevo significado.
Es fundamental que los niños estén en contacto con los libros desde una edad temprana, compartiendo la experiencia de leer con sus padres. Este tiempo de lectura conjunta no solo enseña a los niños a disfrutar de los libros, sino que también los introduce a mundos sorprendentes y presenta la lectura como una actividad divertida.
Escoger un momento especial del día para leer, como antes de dormir o después de la ducha, ayuda a crear un espacio para compartir la lectura sin que se perciba como una obligación. Esto convierte la lectura en un momento de afecto compartido entre padres e hijos. Sentarse juntos, leer con una voz cálida y vivir intensamente las historias, fomenta el disfrute de este momento y fortalece los lazos afectivos.
Uno de los beneficios más importantes de leer en familia es el desarrollo de la atención compartida, una capacidad que se consolida alrededor de los 18 meses de edad. La atención compartida es la habilidad de seguir la mirada del otro y entender su intención, lo que es crucial para el neurodesarrollo, la comprensión del lenguaje y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
La elección de libros adecuados es clave para que los niños disfruten del proceso. Es importante seleccionar libros que respeten el nivel de madurez de cada niño, asegurándose de que las historias sean atractivas y adecuadas para su edad. Contar cuentos no solo fortalece el vínculo afectivo con los hijos, sino que también transmite el mensaje de que los padres están presentes para compartir fantasías, aclarar dudas y estar siempre a su lado.